lunes, 25 de noviembre de 2013

Por qué no conviene restringir la comida a los niños con obesidad

“Prohibir es despertar el deseo”. Esta máxima es aplicable a la alimentación infantil. Prohibir de forma habitual que el niño consuma alimentos que tiene a su alcance es contraproducente. Un consenso de doce sociedades científicas indicó en diciembre de 2007 que los padres de niños obesos o, mejor dicho, que padecen obesidad deben permitir que sea el niño quien regule sus comidas. La frase exacta que aparece en él es: “permita que el niño autorregule sus comidas y evite el uso de conductas alimentarias restrictivas”. 
Es una postura, no obstante, que parece contradecir al sentido común, que justificaría utilizar restricciones para evitar que el niño tome más calorías de lo que necesita. Sin embargo, los estudios demuestran que las restricciones alimentarias conducen a un aumento del peso de los niños, lo cual no deja de ser paradójico. Esta situación es, además, bastante frecuente: los padres de niños con sobrepeso u obesidad son más propensos a adoptar prácticas de crianza restrictivas.
En algunos casos se trata de un comprensible esfuerzo para ayudar a su hijo a frenar la ganancia de peso. Aunque, en otros, la actitud de los padres ha sido siempre la misma, desde que el niño era pequeño, y es la que ha aumentado el riesgo de obesidad infantil: un gran número de publicaciones muestra que el estilo de crianza “controlador” multiplica las posibilidades de que el niño sufra obesidad. 
FUENTE: http://www.escueladealimentacion.es

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